¿Ventajas? Quien tenga dinero, podrá convertirse en una persona culta con solo pagar por ello, ya que podrá incorporar a su cerebro las obras completas de Borges en apenas unos minutos, para luego asistir relajado y confiado a una cena oficial en la Embajada Argentina de Berlín, haciendo gala de sus conocimientos borgeanos.
La Seguridad Social de cada país proveerá de un microchip de uso obligatorio y gratuito, pero con solo los Terabytes suficientes para que almacenemos lo que al Estado le convenga (aspectos impositivos sobre todo), pero luego cada usuario decidirá ampliar cuantas veces quiera la capacidad de su memoria cerebral añadida.
En éste contexto, el acceso a la cultura estará supeditado al poder adquisitivo de cada cual, con lo que la democratización de la cultura se irá al garete, ya que el acceso a los mejores puestos de trabajo y al Poder irán de la mano con el dinero que cada uno pueda invertir en la ampliación ad infinitum de su memoria extendida.